Primer reto de la temporada. 4 de abril del 2019.

Triatlón de Media Distancia de Sevilla. Primera prueba desde la Maratón de Valencia, y con cinco meses complicados por medio, en los que no he podido entrenar como a mi me hubiera gustado.

Así que me planto en Sevilla lejos de mi mejor momento de forma. Con poquísimos metros nadados (como todos los inviernos), normalillo de forma en bici y algo mejor corriendo.

El triatlón es el sábado y se sale a las 15:30. Nunca había hecho un triatlón largo por la tarde, y se me hace raro. Por un lado es cómodo, porque te permite recoger el dorsal y dejar todo el material por la mañana y comer pronto. Pero por otro, se me hace muy largo el día y me voy poniendo nervioso según pasan las horas.P1010212

A las 14:30 h nos vamos para la salida los cinco (me acompañan Tuco, las niñas y mi hermana). Nos las vemos y nos las deseamos para aparcar, porque a los de la organización no se les ha ocurrido habilitar un parking en condiciones. Menos mal que está mi hermana, y se lleva el coche mientras yo me voy para la salida a ponerme el neopreno y prepararme.

 

NATACIÓN

Empiezan a salir, primero los élite masculinos, luego las chicas, luego los federados y a nosotros, la chusma, nos dejan para el final. Así que deben ser las cuatro menos veinte pasadas cuando nos tiramos al agua.

Entre que no he entrenado nada la natación, y que tengo la experiencia de los agobios del principio de otros triatlones, salgo de los últimos, por el lado izquierdo y me pongo a nadar suavecito.

A los 200 metros ya he pillado el ritmo y voy tan a gusto.

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Y me centro en nadar y en disfrutar del río.

Una de las cosas chulas de hacer triatlones, es que te permiten nadar por zonas en las que está prohibido hacerlo. Y joder, nadar por el Guadalquivir, paralelo a la Cartuja, pasar por debajo del puente del Alamillo (el que hicieron para la Expo del 92), es chulísimo.

Privilegios de triatleta.

Son dos vueltas subiendo al pantalán entre una y otra y volviendo a tirarte al agua. Para que me distingan las niñas, en el salto hago una bomba y se me salen las gafas. Me consuelo con que al menos me hayan visto, y vuelvo a mi ritmo de natación normal.

Y chino, chano, brazada a brazada, voy haciendo metros.

Llego al pantalán tras la segunda vuelta, miro el reloj y me he hecho casi 2000 metros en 36min13seg.

Todo en el horario previsto.

BICI

En la transición ha salido el sol y hace bueno. Oigo a una señora decir que ya no dan lluvia, así que me cambio y me subo a la bici sin ponerme el cortavientos.

Tremenda cagada.

Nada más salir de Sevilla ya se empiezan a ver nubarrones negros que asustan un poco y aún no llueve, pero sopla un viento lateral bastante fuerte.

Voy haciendo km a buen ritmo, hasta el km 10, donde se gira a la izquierda, hacia el oeste, y empieza a entrar el viento de cara.

Empieza la fiesta.p1010258.jpg

Alrededor del 25, nos cae la primera tromba de agua. Esta tormenta va a acompañada de granizo y pega el viento de cara cada vez mas fuerte.

¡Que frío! No avanzo, voy encogido intentando que el casco y las gafas me protejan todo lo posible la cara y el pecho. Pero para el resto del cuerpo, voy en bañador. El granizo pega en los brazos con mucha fuerza. Voy sufriendo como un perro y aunque me intento consolar porque los de alrededor van igual, no funciona. Siento que es el consuelo del tonto.

Llevo los brazos morados, no paso de los 15 km/h, y voy rezando porque se pase pronto el chaparrón.

No dura mas de 10 minutos, pero los pies se me han empapado, el frío se me ha metido en el cuerpo, y ya no voy a entrar en calor en todo el sector de bici.

Sale el sol, pedaleo con la esperanza de irme secando y parece que la cosa se hace mas llevadera.

A partir del 35, giramos hacia el norte, y a partir del 45 o algo más, se vuelve a girar un poco y empieza a entrar el viento por la espalda. Ahora si vamos unos 20 km a favor de viento. Parece cuesta abajo.

Hay que aprovechar para comer y recuperar un poco, pero no puedo olvidarme de que estoy en una competición, así que también aprieto un poco para mejorar la media.

En el 60 se vuelve a girar, y otra vez nos encontramos con el viento de cara. Empieza una cuesta arriba muy larga y vuelve a llover. No tan fuerte, pero mas constante. Me quedan 30 km y voy helado y deseando que esto se acabe ya.

Entre la cuesta arriba y el esfuerzo, parece que he entrado un poco en calor, pero enseguida se llega al final de la subida. Estamos en el 70 y, según el perfil del recorrido, desde aquí se baja un poco y luego se llanean los últimos 20 km hasta meta.

Mentalmente eso ayuda mucho, porque lo mas duro ya lo has pasado.

Pero el clima está cabrón, y no me va a poner las cosas fáciles hasta el final: se pone a llover con fuerza de nuevo.

Mojarme no me mojo, porque ya estaba empapado. Literalmente, llueve sobre mojado. Pero el calorcito que había generado el cuerpo en la cuesta arriba se esfuma en la cuesta abajo y, con el agua y el viento, se vuelve a convertir en un frío insoportable.

Un frío contra el que no se puede hacer nada mas que joderse y seguir pedaleando. Tiritando hasta el llano, con los pies y las manos congeladas y empapadas, pero haciendo km y acercándome de nuevo a Sevilla.

Sobre el km 90, por fin, deja de llover. Aún ni he entrado en la ciudad. La distancia normal son 90 km, pero en este triatlón te meten 3 de regalo que, aunque sobre el mapa no son nada, en el momento de la verdad y cuando estás deseando llegar, se te hacen larguísimos.

Entro en la ciudad. La media que he hecho en bici no es buena, pero eso es lo de menos. Me quedan 3 km y los aprovecho para soltar las piernas y prepararme para la carrera.

Al final, 93,64 km, 3h13min y una media de 29 km/h.

CARRERA

La segunda transición es un calvario. No siento los pies ni las manos y cambiarme los calcetines y atarme los cordones me cuesta un mundo.

Tanto, que me tengo que sentar y hacerlo tranquilamente. No me quiero dejar arrugas en los calcetines y al llevar los pies empapados y con los dedos de las manos como muñones, es difícil estirarlos.

Así que me calzo, me pongo mi visera amarilla de todas las carreras y me pongo a correr. Pero llevo los pies tan fríos que noto las zapatillas como si se me hubieran arrugado las plantillas o algo así.

Decido correr un rato hasta entrar en calor y luego parar. Pero no hace falta. En cuanto pasan un par de km, los pies entran en calor y empiezo a sentir todo en su sitio.

Además, voy con reservas y el ritmo me sale cómodo. Sé que en estas carreras la gasolina se termina cuando menos te lo esperas, así que me pongo en modo conservador y me centro en no forzar.

El tiempo ya se me ha ido en la bici, y ahora se trata de disfrutar y no de sufrir.

Marco un ritmo por km de 4´55, y voy centrándome cada km en mantenerlo constante.

Son dos vueltas de 10 km por un circuito prácticamente llano y rodeando el Guadalquivir.

La primera vuelta voy al mismo ritmo, mas o menos, que los corredores con los que me he bajado de la bici.

Me encuentro con las niñas, Tuco y mi hermana en el kilómetro 6. Paro un rato a darles un beso, que no pasa nada por perder 30 segundos y las echaba de menos.

Volvemos a coincidir en el 10, y aquí paro un poco más para hacer un pis y charlar un rato con ellas.p1010295.jpg

Termino la primera vuelta y coincide mi paso por meta con la llegada de la primera chica. Me ha sacado 10 km justos.

En la segunda vuelta, mantengo mi ritmo y me voy centrando en ir kilómetro a kilómetro. Sigo fácil a 4´55 pero ahora ya voy pasando a gente casi todo el rato.

Cae la tarde, se hace de noche y hago los últimos km con muy poquita luz. No puedo dejar de pensar en la gente a la que le queda mas de una hora, y en que van a terminar corriendo totalmente a oscuras. Es este punto, y en otros muchos, la organización del evento deja mucho que desear.

Pero hay que mirarlo por el lado bueno: la foto en meta con los focos va a quedar muy chula.

Y así, km a km me planto en la línea de meta.

Han sido 20,67 km en 1h 42min y a un ritmo de 4´56.

El tiempo total invertido ha sido de 5 horas y 42 minutos.p1010304.jpg

Lejos de mi mejor marca, pero no está mal para ser el primero de la temporada y no haberlo entrenado demasiado bien.

Llegar a meta cuando lo has pasado mal, da más subidón que cuando todo ha ido sobre ruedas.

Así que un media distancia más a la saca, terminando bien y con la experiencia de haber vivido un sector de bici climatológicamente duro.

Todo esto me da moral para el Media Distancia Challenge de Madrid, que es donde quiero llegar fuerte y para el que tengo toda la primavera y el verano para entrenar.

Ahora toca descansar un poco, y luego volver a la bici, ¡¡que tengo una Quebrantahuesos que hacer en junio!!

 

4 comentarios en “HALF DE SEVILLA 2019

  1. jajajja en bomba??? jajaja unico … eres unico juajuajua
    para la siguiente un mortal con las gafas en la mano!!! jajaja cuando se te mete el frio en el cuerpo es jodido sacarlo. uno mas a la saca!!!!

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